Antes de contaros como está siendo nuestra nueva etapa como padres quiero daros una explicación de porqué desaparecimos de repente tanto del blog como de Instagram como de todas las redes sociales.
Todos los que me seguís o seguíais sabéis que este blog surgió cuando empezamos a buscar el embarazo y que durante ese tiempo tuvimos un aborto. Cuando nos volvimos a quedar embarazados empecé a hablar de ello sobre todo en Instagram. Estaba súper contenta ya que por fin lo habíamos conseguido y me encantaba compartir esa alegría con la gente que no me conocía ya que nadie de mi entorno supo lo del embarazo hasta los 3 meses.
Al principio del embarazo (realmente al principio, en medio y al final porque ese miedo no lo pierdes nunca) estaba a-c-o-j-o-n-a-d-a. Tenía pánico a que algo saliera mal. Primero pensé que, cuando en la Eco de las 12 semanas me dijeran que todo iba bien perdería ese miedo, pero para nada. Luego lo aplacé a la Eco de las 20 «Cuando llegue la de las 20 ya estaré mejor» eso me repetía a mí misma. Llegó la Eco de las 20 semanas y gracias a Dios todo fue bien, así que el miedo se desplazó hasta los 7 meses… «Bueno si nace con 7 meses, aunque sea prematuro tiene muchas opciones de ir bien» Y así durante todo el embarazo 🤷🏼♀️
Miedos, miedos y más miedos.
El caso es que, durante el primer trimestre estuve compartiendo mis avances en Instagram, algo de lo que no me arrepiento porque conocí a gente maravillosa (Sole, Una mama arquitecta, Desde el día que dije si, eso va por vosotras. He pensado mucho en vosotras estos meses😉) peroooo también me sobrepasó. Y os explico por qué llego un punto en el que no pude más.
Ya os he dicho que viví mi embarazo con miedo por todo. Por suerte tuve un embarazo maravilloso: no tuve nauseas, no tuve ni un mareo, ni un vomito, todo me sentaba bien, no estaba cansada… estaba estupenda. Tan estupenda que el primer trimestre me preocupaba.
Siempre nos han vendido la imagen de que un embarazo es sinónimo de malestar. Si nos imaginamos a una mujer embarazada lo primero que se nos viene a la cabeza es una chica vomitando en la taza del vater. Pues yo no fui de esas.
Cada vez que entraba en Instagram y veía las fotos de chicas que se habían quedado embarazadas más o menos cuando yo, todas o el 99% tenían nauseas, se encontraban fatal, no querían comer… vamos «lo típico» Yo cada vez que veía eso más me preocupaba. Y lo peor no era eso, lo peor eran los comentarios de la gente «Si tienes nauseas es que todo va fenomenal» «No te preocupes por tener muchos síntomas, lo preocupante es no tenerlos» «Si te levantas mareada es normal» 🤔
Pues yo no tenía nada de eso así que me empecé a agobiar. Pensaba que «lo normal» era estar mal y si yo estaba bien es que algo iba mal así que decidí marcharme. Decidí que tenía que dedicarme única y exclusivamente a mi embarazo, a mi bebé y no leer comentarios que lo único q conseguían era hacerme daño y dudar de mi misma. Y por eso me fui. No quería saber nada, ni quería leer nada.
Ahora, echando la vista atrás me doy cuenta de que hice bien, muy bien. Creo que no somos conscientes de hasta qué punto juzgamos a otras personas, de hasta qué punto decimos frases que tomamos como verdades absolutas aunque no tengamos ni idea.
Me acuerdo que en la semana 10 me compre el Ángel Sound. Lo mejor que pude hacer. Subí una foto diciendo que había conseguido oír el corazón y una chica me dijo qué si estaba segura, que eso no podía ser el corazón, que era muy pronto.
Yo me defendí diciendo que por supuesto que era, pero me acojone pensando que a lo mejor me había equivocado. Y esa fue la gota que colmó el vaso. Decidí tomarme un tiempo para mi y mi bebé, sin influencias externas, sin agobios, sin pensar que el resto de mujeres estaba vomitando mientras yo estaba tan a gusto en mi sillón, por lo que al resto de mujeres les iba a ir fenomenal y a mí fatal.
Decidí coger distancia y fue lo mejor que pude hacer. Y ahora con mi bebe en brazos todo se ve distinto. Se la madre que quiero ser, sé cómo quiero actuar y los comentarios me dan igual. 😁
Con lo que me pasó aprendí. Aprendí que hay muchas mujeres que lo pasamos mal sin necesidad, que lo establecido como «normal» puedo que no sea lo «normal» para ti. Aprendí que lo que funciona para el 90% de la gente no tiene porque funcionar para el 10% restante y sobre todo aprendí que un embarazo es un momento emocional muy complejo y que ninguna mujer tiene el «derecho» de juzgar a otra o de hacer testamento de sus opiniones.
Así que a partir de ahora abrimos una etapa nueva como padres de la que estamos disfrutando mogollón porque es maravillosa y estamos súper contentos de poder compartir batallitas con todos los que nos quieran leer 🎉🎉🎉
Y ahora sí que si, gracias a Dios somos «Padres Primerizos a los 30» 😉